Hezbolá reivindica ataques contra ocupantes en el norte de Palestina

El movimiento de resistencia islámica en Líbano, Hezbolá, reivindicó este domingo una serie de ataques contra emplazamientos militares israelíes al norte de los territorios palestinos ocupados.

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La milicia chií disparó misiles antitanque guiados contra un vehículo de soldados de ocupación en Beit Hillel, el cual causó heridas a 12 personas -11 hombres y una mujer-, según el Centro Médico Ziv en Safed.

Además, atacó instalaciones militares en Zabdin y Ruwaisat, así como contra otro sitio castrense en las Granjas de Chebaa, zona de Líbano ocupada por el ente sionista.

Por otra parte, informó que atacó una concentración de soldados en el área de Hanita, a lo cual se sumaron otras dos acciones contra posiciones israelíes en Rahib y Ramya.

Tras los ataques de Hezbolá, las llamadas Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) bombardearon los lugares desde los cuales presumiblemente se lanzaron los ataques. En paralelo, aviones de guerra realizaron una incursión contra presuntos objetivos de la milicia chií, aunque medios libaneses dieron a conocer que los ocupantes bombardearon las afueras de la ciudad de Naqura (Al-Ruwaisat, Hamul), la zona de Labouneh, las afueras de Aita al-Shaab y el área entre la ciudad de Alma Al-Shaab y Naqura.

Horas atrás, el vicesecretario general de Hezbolá, el sheij Naim Qasem, expresó que la resistencia libanesa continuará apoyando la causa palestina y no se intimidará ante las amenazas de EE.UU. e Israel.

Añadió que proporcionarán a la resistencia palestina lo necesario para ganar. Explicó que el derecho de los palestinos a su tierra y su voluntad de luchar da fuerzas a Hezbolá. Patentizó que el ente sionista no ha logrado ningún objetivo tras su agresión genocida contra Gaza.

El sábado, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, amenazó a la milicia chií con destruir Líbano si esta escala sus ataques.

Durante esa jornada, medios libaneses informaron que Tel Aviv instruyó a los residentes de asentamientos en el norte de la Palestina ocupada a no moverse fuera de ellos, por temor a la respuesta de Hezbolá tras la reanudación de los crímenes de guerra israelíes contra los civiles de Gaza.