Los asistentes respondieron a la convocatoria realizada por la plataforma “Justicia para Diego”.
En la ciudad española de La Coruña alrededor de 300 personas participaron este viernes en una marcha con el objetivo de exigir que se investiguen las circunstancias en las que el joven Diego Bello, oriundo de esa localidad, murió baleado por la Policía de Siargao, en el sureste de Filipinas.
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Los asistentes se concentraron en las afueras de la Delegación del Gobierno de Galicia tras responder a la convocatoria realizada por la plataforma “Justicia para Diego”, en la que también se insertaron reconocidas figuras artísticas y políticas.
Asimismo, denunciaron lo que consideran la pasividad del Gobierno de España respecto al asesinato de Bello y se identificaron con la consigna "Filipinas mata, el Gobierno de España calla".
#EstáAPasar @jorqueracaselas respalda coa súa presenza a concentración cívica no Obelisco en demanda de xustiza para Diego Bello, o mozo coruñés asasinado pola policía filipina.@XustizaDiego pic.twitter.com/fvldMfCAcR
— BNG A Coruña (@BNGACorunha) July 3, 2020
A las personas que decidieron acudir les habían pedido con anterioridad “traer todo tipo de instrumentos o cualquier objeto que haga ruido” para hacer más fuertes sus exigencias.
Como parte de las medidas de distanciamiento físico tomadas para evitar los contagios de la Covid-19, las personas realizaron una fila para evitar la aglomeración.
La marcha transcurrió a ritmos de silbatos y al grito de "justicia para Diego" para exigir que continúen las investigaciones. Varias personas ya habían apuntado en las redes sociales de la plataforma que “somos muchas y muchos los que seguimos con su familia y amigos” para exigir justicia por su caso.
A la edad de 32 años Diego Bello se encontraba viviendo en la localidad filipina de Siargao cuando el pasado 8 de enero, al llegar a su casa, fue abatido a tiros por agentes del orden de esa localidad.
Varios informes de la Policía señalan que el joven era un presunto narcotraficante, además, aseguran que llevaban tres meses investigándolo como parte de la campaña contra las drogas que implementó el mandatario de la nación Rodrigo Roa Duterte.
Sin embargo, Bruno Bello, hermano de la víctima, no coincide con esas indagaciones y asegura que Diego era una persona sana y deportista, jugador del club de fútbol español Deportivo de La Coruña entre 2001 y 2003.