Cuba ante déficit de combustible: proteger a la población

Denuncian ensañamiento de la Casa Blanca para privar a la economía cubana de portadores energéticos y repuestos para mantenimientos a su red nacional de generación eléctrica.

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Autoridades cubanas dieron a conocer este miércoles medidas que se adoptan para mantener la vitalidad de la economía y proteger a la población ante el déficit de portadores energéticos, al tiempo que denunciaron la política criminal del Gobierno de Estados Unidos (EE.UU.) de intentar asfixiar al país caribeño privándolo de este y otros rubros esenciales.

El viceprimer ministro y ministro de Economía, Alejandro Gil Fernández, y el ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, comparecieron en el programa Mesa Redonda. Refirieron que el país tiene menor acceso a combustibles y las decisiones adoptadas para enfrentar dicha situación.

Entre las causas, señalaron el bloqueo económico, comercial y financiero de EE.UU. contra Cuba e incumplimientos en entregas pactadas con proveedores.

Respecto a la hostilidad de Washington en este ámbito, desde septiembre de 2019 el presidente cubano Miguel Díaz-Canel viene denunciando que la Casa Blanca arreció la persecución a proveedores, navieras, instituciones financieras y otras partes vinculadas a la venta y transportación de combustibles a la isla.

Esa escalada inició durante la Administración de Donald Trump (2017-2021) y prosigue durante la gestión del demócrata Joe Biden.

Además de intentar asfixiar la economía privándola de combustibles, el bloqueo de EE.UU. y su aplicación extraterritorial obstaculiza la adquisición de repuestos para reparar las plantas generadoras de electricidad.

No habrá un colapso económico

Gil Fernández adelantó que el país se reorganiza para consumir menos sin paralizar actividades. Aseguró que no habrá un colapso económico ni se aplicarán recetas neoliberales.

Expresó que ahorrar no es dejar de hacer y que se aplicarán medidas para estimular el ahorro y evitar afectaciones a la población y la economía.

Dijo que se aplicará una estrategia planificada y consensuada desde el nivel nacional hasta el local, que involucrará a todos los actores económicos y protegerá las actividades productivas más importantes.

Añadió que se priorizará el sector agrícola para garantizar la producción y el acopio de alimentos; se aplazarán actividades que no tengan carácter urgente; se potenciará el teletrabajo y se disminuirá el uso de equipos altos consumidores -como los de climatización- en oficinas, entre otras acciones.

Precisó que las actividades económicas más consumidoras son la generación eléctrica, la producción agrícola y el transporte de carga y pasajeros. “En esas actividades no se podrán mantener los mismos niveles de semanas atrás, aunque no estamos en cero”, dijo.

Informó que también se atiende el bombeo de agua a través de las redes, para ganar en eficacia y disminuir la distribución de ese recurso a través de camiones cisterna.

Precisiones sobre la distribución de alimentos

Informó que ya se dispone del arroz que se distribuirá en octubre a través de la canasta básica (venta a precios subsidiados) y se trabaja para mantener la entrega de leche y pan, producciones que tienen asegurado el combustible que demandan. Dijo que se ha garantizado la entrega de leche a los niños, aunque el déficit de combustible ha retrasado su distribución.

Recordó que hay atrasos en la distribución de productos que recibe la población a través de la canasta básica. Señaló que el país retomará en octubre la entrega de café a través de la canasta básica y debió importarlo para cubrir su demanda.

Manifestó que no habrá producción nacional de ese rubro hasta noviembre próximo y que Cuba no dispone de las divisas para adquirirlo en mercados internacionales (el precio actual de la tonelada sobrepasa los 1.000 dólares).

Enfatizó que en lo adelante el país tendrá que depender más de sus producciones. “Los alimentos hay que pagarlos por anticipado, y por ello hay que tener disponibilidad de divisas”, afirmó.

Generación eléctrica funciona mejor

El ministro de Energía y Minas aseveró que durante los meses de verano (julio-agosto) la generación eléctrica nacional mejoró y hubo pocas interrupciones gracias a los mantenimientos de la red de generación iniciados en febrero pasado.

Expresó que disminuyeron las averías y se recuperó potencia de generación, lo cual permitió hacer frente al incremento del consumo -que subió por la revitalización de la economía y por las altas temperaturas- y tener reservas ante imprevistos.

Puntualizó que en mayo pasado la demanda aumentó 104 megavatio (MW) con respecto a ese mes de 2022. En julio pasado creció 359 MW, un 13 por ciento más que en el año anterior. Sin embargo, en mayo las afectaciones fueron 35 por ciento menores y en julio sumaron poco más de la mitad, siempre con respecto al 2022.

Cuba depende mayormente de la generación térmica a través de termoeléctricas (que emplean petróleo y cubren el horario pico) y de la generación distribuida (emplazamientos de motores electrógenos, que utilizan diésel y fueloil y dan cobertura durante el resto del día).

En el caso de la generación térmica, De la O Levy detalló que se repararon la unidad 6 de la termoeléctrica Mariel y la termoeléctrica de Felton. Entre ambas suman cerca de 390 MW y funcionan establemente.

En cuanto a la generación distribuida, se recuperaron los emplazamientos de motores instalados en Mariel y Moa. Su disponibilidad era casi nula y se recuperaron casi 300 MW.

También se perforaron dos nuevos pozos para proveer de combustible a la empresa Energas, que genera electricidad a partir de gas. Ahora esa industria recibe 400.000 metros cúbicos de gas más y su potencia aumentó más de 330 MW. Entrará en funcionamiento en octubre.

Valoró que estas medidas permitieron al país tener una alta disponibilidad.

Dificultades en la obtención de combustibles

El titular de Energía y Minas expresó que en Cuba constituye primera prioridad la obtención de portadores energéticos, entre ellos gas licuado y gas manufacturado (la importación de estos últimos demanda 20 millones de dólares).

Precisó que Cuba consume de 120.000 a 130.000 toneladas de diésel mensualmente, que se compran para abastecer a los sectores económicos y las estaciones de servicio al transporte.

Detalló que el país tiene déficit de diésel y fueloil. “Tenemos suministradores y países que no han podido cumplir (las entregas pactadas)” y añadió que “estamos saliendo a comprar casi al día contra los inventarios que tenemos y, por tanto, se van produciendo baches. En un mercado saturado, donde no todo el mundo quiere comerciar con Cuba”.

En el caso del fueloil, mencionó que su suministro viene del exterior “con mala calidad de nuestros suministradores y nos demora mezclarlo con los buenos fueloil”.

Explicó que, por falta de combustibles, se prevé una afectación en la generación eléctrica de entre 400 y 450 MW durante los primeros días de octubre. Adelantó que más adelante, en ese mismo mes, debe producirse una mejoría por la reconexión de la planta Energas al sistema electroenergético nacional.

A largo plazo, Cuba amplía su capacidad de generación eléctrica a partir de fuentes no renovables de energía. A partir de aplicar una política propia, finalizó 2020 con una potencia instalada de 297.4 MW (alrededor del 4,3 por ciento de la electricidad que produce el país) y proyecta llevarla al 24 por ciento para el año 2030.