Medios locales refieren que en las últimas semanas, ha crecido el número de ciudadanos que se han quedado sin ingresos tras el cierre de comercios y obras de construcción por la cuarentena.
Miles de chilenos con menos recursos padecen los efectos del impacto económico que deja la pandemia del coronavirus en ese país suramericano, y para comer tienen que acudir a las llamadas "ollas comunes", símbolos del hambre y la pobreza.
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Cuando se habla de "ollas comunes" en Chile, hay que remontarse a la crisis que vivió ese país partir de 1982, bajo la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), en el que miles de familias dependían de la asistencia social para alimentarse.
Medios locales señalan que en las últimas semanas, ha crecido el número de ciudadanos sin ingresos tras el cierre de comercios y obras de construcción por la cuarentena; lo que ha provocado que tengan que acudir a esta alternativa para sobrevivir.
#PuenteAlto JJVV Los Troncos de Carol Urzúa. Para donaciones llamar a Segundo Flores +56995279111 pic.twitter.com/KxTjGrnAGh
— La Olla Común (@ComunOlla) May 13, 2020
En Puente Alto, una de las comunas más humildes de la región Metropolitana de Santiago (la capital), existen 14 puntos que, con la ayuda de las autoridades municipales, entregan comida a unos 5.000 habitantes de esa localidad.
Daniel Pezoa, coordinador de las organizaciones comunitarias de la comuna, destacó que la "olla común" siempre surge en episodios de catástrofe y que dan prioridad a las personas mayores y a las discapacitadas, para que no tengan que salir de casa, y también a familias numerosas.
De acuerdo con el Ministerio de Salud de Chile, Puente Alto es la segunda comuna del país con mayor número de casos de la Covid-19 con unos 1658, solo por detrás del centro de Santiago.
Las "ollas comunes" aparecieron en Chile tras la crisis de 1929. Su uso se retomó durante los años 1980 durante la dictadura de Pinochet cuando se crearon cientos organizaciones para enfrentar colectivamente la pobreza.
El sociólogo e investigador de la Universidad Andrés Bello, Nicolás Angelcos, explicó a un medio de prensa que las "ollas comunes" permitieron la participación activa de las mujeres fuera de su casa, facilitando la formación de dirigentes sociales, y la politización de muchas poblaciones que luego se erigieron como espacios de resistencia contra la dictadura", añadió.
Se necesitan donaciones en San Bernardo para olla común que se realizará en el Campamento Dignidad https://t.co/E4AgXTSSno
— La Olla Común (@ComunOlla) May 12, 2020
"Es una iniciativa que está directamente relacionada con la autogestión, la solidaridad y la dignidad. Años después, con el estallido social empezaron a brotar de nuevo en algunos barrios periféricos, algunos de los cuales ya fueron emblemáticos durante la dictadura", señaló Angelcos.
Para Angelcos, la reaparición de las "ollas comunes" no solo son un indicador de la pobreza, sino que evidencian algo más profundo: "Es la muestra del fracaso o la ineficiencia de un modelo de protección oficial que todavía se resiste a políticas de bienestar de mayor y más largo alcance", concluyó.