Hay una práctica actual de muchos padres en las redes sociales y es la de mostrar fotografías, videos o información de sus hijos a través de las redes sociales, incluso hay padres que llegan a crear perfiles propios para sus hijos menores de edad.
De hecho, en Francia, se ha advertido que los padres que suban fotografías de sus hijos a redes sociales como Facebook o Twitter podrían ser demandados en un futuro e incluso ser enviados a prisión.
Estas medidas se han implementado pues las redes sociales presentan un peligro para los pequeños, al subir fotos de ellos se convierten en presas fáciles para los pedófilos.
Si eres de los que comparte fotos de tus hijos y no conoces los peligros de la sobreexposición te recomendamos leer esta serie de consejos de la Asociación de Internautas para realizar un mejor trato de la información que publicas en las redes sociales y no acabe en lugares inapropiados de forma indefinida.
Fotos de menores con poca ropa o desnudos, como cuando están en una bañera o la piscina aunque sea un momento tierno para la familia puede ser usada en internet como una red de intercambio de pornografía infantil.
¿Es de interés público las fotos que compartirás con el resto de contactos en redes sociales?
Aconsejan limitar el número de imágenes compartidas en la Red.
No es necesario el uso de redes sociales para enviar fotografías a familiares o amigos, ya que por medio de un correo electrónico se pueden compartir dichas instantáneas. De esta forma, y como explican desde la asociación, los padres se aseguran un mayor nivel de privacidad.
La Asociación de Internautas aconseja ajustar la privacidad de las redes sociales para limitar el público que puede visualizar estas imágenes.
No publiques direcciones, horarios, ni el uniforme del colegio o el centro donde realizan alguna actividad extraescolar. Compartir, por ejemplo, nombres completos de menores o datos precisos sobre su ubicación puede dar lugar a situaciones de acoso.
La asignación de etiquetas hace que los nombres de los niños sean indexados en los buscadores de internet y que cualquier persona, de la que no se conoce su intención real de búsqueda, identifique el rostro de un menor con su identidad real.