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    La actriz Annette Bening, se ganó el corazón de los cubanos, al que considera un “público entendido” en materia de apreciación cinematográfica.

Annette Bening dijo que la experiencia al interpretar a la nadadora de maratón Diana Nyad, le cambió la vida.

Cuando la actriz estadounidense Annette Bening, integrante de una delegación de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos, fue invitada al 34 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana en 2012, mostró gran interés por contactar con los realizadores de la isla. Quizás entonces no imaginó que una década después, “Nyad” -su más reciente éxito fílmico-  la relacionaría con la mayor isla antillana.

En aquel momento manifestó durante la rueda de prensa: "Queremos aumentar nuestras relaciones con los realizadores del cine cubano, cualesquiera que sean las políticas que de alguna manera interfieren en esta posibilidad de intercambio y de trabajo conjunto".

La actriz de “American Beauty” (1999), en la que compartió con el actor  Kevin Spacey, obtuvo entre otros premios, el BAFTA de la Academia Británica a la mejor actriz en el año 2000. Aunque su mejor reconocimiento es ser recordada por múltiples obras cinematográficas: The Report, In Dreams, The American President, Ruby Sparks, Como la vida misma, Estado de sitio, Bugsy o Being Julia, entre otras significativas producciones. Igualmente, Annette Bening quedó en la memoria fotográfica, como la imagen de la famosa Estatua de la Libertad del logo de Columbia Pictures. 

Durante su visita a Cuba, explicó que una de las misiones de la Academia "es ser parte del proceso de las cinematecas en el mundo y existe una organización internacional que las reúne, hemos querido colaborar en la conservación del patrimonio fílmico, y hemos estado recientemente en un intercambio con la de Cuba".

Once años después, con 65 años, Annette Bening se enfrentó a una realización cinematográfica para magnificar el gran empeño de Nyad. Se trata de una película biográfica sobre la nadadora de larga distancia Diana Nyad, que llegó a la plataforma Netflix en noviembre del 2023.

Cuando inició su carrera en el cine en la década de los ochenta, fue de la mano de importantes directores como Milos Forman, Barry Levinson, Stephen Frears, Sam Mendes y Mike Nichols, entre otros. Para entonces ya tenía como primer escenario al teatro, su pasión. Aun desde allí, siempre se sintió como una actriz de teatro fingiendo que actuaba en películas, porque ahora "me encanta la cámara, todo lo que implica ser una artista de cine", ha dicho Bening. 

Para ser actriz -enfatizó- hace falta educarse, entender el mundo, la política, la sicología y la cultura, enamorarse, equivocarse, relacionarse con personas: "porque la vida creativa nos escoge, más que nosotros elegirla a ella, ser laboriosos, trabajar con todo tipo de proyectos. “Cuando haces películas, quieres tener un efecto en las personas, no solo entretenerlas”.

A su paso por el Festival de La Habana, acudió con el resto de la delegación estadounidense a visitar la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de Los Baños (EICTV). La actriz Annette Bening, se ganó el corazón de los cubanos, al que considera un “público entendido” en materia de apreciación cinematográfica. "Cuba es un país maravilloso y estar en el Festival ha sido una experiencia formidable, de las que te cambian la vida".

Cuando la reciente huelga de actores de Hollywood interrumpió una filmación que hacía, se unió a ellos en Los Ángeles, sumándose a los piquetes del sindicato. Es presidenta del consejo directivo del Fondo Comunitario de Entretenimiento fundado en 1882, cuya misión -desde entonces- es ayudar financieramente a la comunidad artística en Estados Unidos.

Aunque no le han concedido la preciada estatuilla dorada de los “Oscar", ha sido nominada a cuatro premios de la Academia, incluyendo Mejor Actriz por American Beauty y Being Julia. Igualmente, ha recibido cuatro nominaciones al Globo de Oro y ha ganado dos, por sus actuaciones en Being Julia y The Kids Are All Right.

A los 65 años, Annette Bening puede decir que lo ha logrado todo. Quienes le hayan visto en Nyad, en la que comparte elenco con la gran actriz Jodie Foster, no tendrán ninguna duda de que es formidable su transformación de apariencia frágil a una corpulenta nadadora, que recupera el sueño de cruzar el océano desde las playas de Cuba, hasta las de la Florida, cuando ya ha pasado los 60 años.

El Everest de la natación

 “Yo sabía quién era Diana Nyad”, refirió Annette sobre la que conocía como comentarista de la radio pública, durante los 30 años que dejó de nadar. Sin imaginar todo lo que le implicaría representar a este “personaje de la vida real”, se puso a entrenar de inmediato. También conocía el trabajo de los asombrosos directores, quienes han hecho cosas increíbles en el mundo de los documentales y con esta película realizaron su debut narrativo en el cine de “ficción”. Es el dúo de directores, formado por marido y mujer: Elizabeth Chai Vasarhelyi y Jimmy Chin.

Annette Bening dijo que la experiencia al interpretar a la nadadora de maratón Diana Nyad, le cambió la vida. Quizás la vivencia pudo haber sido máxima de haberse filmado en las costas cubanas, desde donde se produjo el hecho real que narra la historia. 

Mientras, el Gobierno estadounidense mantiene el veto sobre el cine de ficción, a través de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), debido a la política del bloqueo impuesta contra Cuba, lo cual impacta también en la libertad de creación de los directores cinematográficos. Esta película destinada a la plataforma de entretenimiento en Internet (Netflix), fue realizada en locaciones de la playa Juan Dolio de la República Dominicana.

Llegado el momento de realizar las escenas en el agua, la protagonista se dio cuenta de que el desafío era mucho mayor de lo imaginado. “Por suerte, tuve una gran entrenadora, Rada Owan, que nadó en las Olimpiadas y se metió en la piscina conmigo. Como nuestra película se pospuso en un par de ocasiones, tuve más tiempo para entrenar. Lo cierto es que nadé mucho y fui al gimnasio. Yo siempre me he ejercitado mucho, para clarificar mi mente. Es mi forma de centrarme, ya sea haciendo yoga”, describió.

“Algunos días nadaba ocho horas al día”, dijo la verdadera Nyad llena de entusiasmo, al apreciar la actuación de Bening y señaló que la actriz rara vez utilizaba dobles. “Nosotros, los nadadores profesionales, la vimos en las imágenes y dijimos: 'No se puede decir que no es una nadadora profesional'. Lo hiciste”.

“Hoy soy mucho mejor nadadora que cuando hice el filme. He seguido nadando desde que concluyó la filmación. De niña me pasaba mucho tiempo en el agua, hice ‘scuba diving’, trabajé en un barco y siempre me llevé muy bien con el océano. Pero nunca fui una nadadora como Diana”. Refirió la actriz Bening, quien fue educada en una familia longeva. “Cuando eres joven, crees que hay un punto al que llegarás, pero eso es una ilusión”. La verdad, indica, es que cambiamos y crecemos continuamente; en cierta forma, esta parte de su vida se siente como un nuevo comienzo.

Para Nyad, este reto personal fue como “el Everest de la natación”. Por eso resulta trascendental la repercusión que ha tenido esta historia real en los contemporáneos que ya la han apreciado.  No podemos olvidar que el 10 por ciento de la población mundial es mayor de 65 años, un porcentaje que casi se ha duplicado en las últimas seis décadas. Para 1960, unas 150 millones de personas de la ‘tercera edad’ no alcanzaban el cinco por ciento de la población mundial. Actualmente superan los 800 millones de envejecientes.

Entonces, Nyad es un canto a la perseverancia y a la resistencia, lo que cobra connotación especial para los cubanos. Durante su visita a Cuba, antes de imponer este récord, Diana Nyad expresó en conferencia de prensa cuánto deseaba que su proyecto fuera de ayuda para el acercamiento entre ambos países. Trayecto que -finalmente- ella logró unir con perseverancia, trabajo y fe en sí misma. 

La nadadora estadounidense de larga distancia que había abandonado esta disciplina, estaba dedicada a una labor como periodista deportiva, mientras alimentaba su obsesión de concretar la proeza ansiada desde que tenía 20 años. Así lo narró en el libro autobiográfico “Find a Way”, adaptado al cine, donde se muestra el gran sacrificio de esta travesía.

Tras cuatro intentos fallidos desde el 2011, finalmente Nyad completó la compleja hazaña a los 64 años en 2013, al nadar una distancia superior a las noventa millas. Significan “35 millas más que lo que nadie ha nadado nunca antes”, dijo John Bartlett, su navegador.

Lo consiguió después de una extenuante nadada de casi 53 horas, unos 180 kilómetros de Cuba a Florida, sin la protección de una jaula contra tiburones. Nyad lo logró gracias a su carácter y a la entrega de un gran equipo de apoyo, incluyendo a la entrenadora Bonnie Stoll, interpretada para el cine por Jodie Foster. 

Al cruzar el Estrecho de la Florida padeció de vómitos frecuentes, dada la intensidad de las olas y el embate de las tormentas tropicales; fue custodiada por dos personas en kayaks a ambos lados, para golpear a los tiburones en la nariz, en caso de acercarse demasiado a la nadadora. Pero lo que no hicieron los temerarios peces, lo pudieron las medusas con sus picaduras, que casi matan a Nyad en los intentos anteriores; de tal forma que en el último, tuvo que nadar envuelta en una funda resistente que le cubría todo el rostro y el cuerpo.

Propósito

Cerca de las dos de la tarde de aquel 2 de septiembre de 2013, desorientada y con una visible insolación, se le vio aparecer en las arenas de Cayo Hueso con el rostro hinchado, desfallecida, pero no rendida. A duras penas Nyad se puso de pie, después de superar 52 horas, 54 minutos y 18 segundos nadando.

El propósito se convirtió en hazaña, al unir a nado las costas del archipiélago cubano y Cayo Hueso. Minutos después de su llegada, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, escribió a través de su cuenta de Twitter: “Felicitaciones, nunca renuncies a tus sueños”.

Es algo que confirmó Nyad en su conferencia de prensa: “Tengo tres mensajes. Uno, nunca debemos rendirnos. Dos, nunca se es demasiado viejo para intentar que los sueños se cumplan. Tercero, parece un deporte en solitario, pero en realidad es el esfuerzo de todo un equipo”, afirmó la experta atleta.

Dos años después de este acontecimiento, al restablecerse las relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos, con la apertura de embajadas en La Habana y en Washington, D.C., el presidente de la isla antillana recordó a Nyad, en una situación que en aquel entonces hubiera sido impensada. 

El 17 de diciembre de 2014, ambas naciones anunciaron la reanudación de las relaciones diplomáticas y el interés de avanzar en un proceso de normalización de la relación bilateral. Previamente, ambos países desarrollaron conversaciones secretas durante 18 meses. El 1 de julio de 2015, se conoció la noticia de la apertura de las respectivas embajadas para el 20 de julio.

Destruir un puente es fácil y requiere poco tiempo; reconstruirlo sólidamente es una tarea mucho más larga y difícil, aseveró el presidente cubano Raúl Castro, después de las conversaciones oficiales con el presidente Barack Obama, durante su visita a Cuba.

Raúl puso el ejemplo de la nadadora estadounidense Diana Nyad, quien después de cuatro intentos fallidos, en una muestra de voluntad y perseverancia, logró cruzar a nado el estrecho de la Florida, sin jaula antitiburones. Evidencia de que ambas naciones debían construir las relaciones bilaterales. “Si ella pudo, nosotros también podemos”, expresó el presidente cubano, por el bien de ambos pueblos y países.

Mérito Deportivo

La nadadora norteamericana Diana Nyad, llegó a la isla al año siguiente de su logro y fue condecorada con la Orden al Mérito Deportivo, concedida por el Consejo de Estado de la República de Cuba. Durante la ceremonia se mostró visiblemente conmovida, cuando interpretaron en La Habana el himno de su país, minutos antes de recibir la máxima condecoración que atribuye el Gobierno cubano a los deportistas más extraordinarios por sus resultados.

Con voz entrecortada, la atleta dijo que esta condecoración constituía para ella el honor más precioso de todos. Asimismo reiteró su agradecimiento al equipo de trabajo que la apoyó y reafirmó el significado de su obra: acercar cada día más a los pueblos cubano y estadounidense.

El entonces primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros Miguel Diaz- Canel Bermúdez (presidente de la República de Cuba desde 2019), recordó las proezas anteriores de la agasajada, al nadar en 1975 unos 45 kilómetros alrededor de la isla de Manhattan, Nueva York, en menos de 7 horas y 30 minutos. En 1979, Nyad venció 164 kilómetros entre una isla de las Bahamas y la Florida, en 27 horas y media.

Díaz-Canel enfatizó: “Su fuerza de voluntad, tesón, perseverancia y su determinación de vencer lo que parecerían ser obstáculos insuperables, con el inestimable apoyo de su equipo de colaboradores, lograron inscribir en la historia del deporte este nuevo capítulo”. 

Al referirse al mensaje de Nyad “nunca te des por vencido”, el dirigente cubano dijo que: “Estos principios recogidos en sus palabras no nos son ajenos, son similares a los que han guiado al pueblo cubano a lo largo de su historia: valentía, resistencia, unidad, constancia, confianza y optimismo”.


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