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Al límite que en las últimas elecciones generales del 2021 el país, en especial desde el “campo popular” empobrecido e indignado ante la “podredumbre política”, optó por Pedro Castillo, un campesino profesor rural, como su presidente. ¡Una atrevida disrupción electoral subalterna para un país diseñado por los patrones, para los patrones!
Dos partidos políticos socialdemócratas neoliberales se disputan la presidencia de Guatemala el próximo 20 de agosto. Ninguno de los dos tiene mayoría en el próximo Congreso de la República. Ambos acuden a Washington para potabilizarse políticamente.
Las elecciones de la segunda vuelta serán el 20 de agosto. En este contexto llega Almagro, el criminal de las masacres del Golpe de Estado en Bolivia, 2019, como el “gran redentor” para Guatemala.
En resumen, amparos y resoluciones judiciales van y vienen, y mantienen en zozobra al electorado y al país de cara a lo que pueda ocurrir el 20 de agosto, y después de esa fecha como consecuencia de estas elecciones generales “poco transparentes”.
Al recrear el circo electoral, el objetivo del Imperio estadounidense es evitar a toda costa que la revuelta plurinacional de los pueblos despojados y hambrientos reviente nada menos que en Guatemala, puerta de ingreso a su patio trasero.
Las recientes elecciones generales 2023 en Guatemala, no sólo evidencian la ausencia del Estado de Derecho y la falacia de su institucionalidad electoral, sino ante todo, el proceso en sí mismo, es una evidencia que aquí las "indias buenas son las indias muertas o matadas".
Al momento, casi nadie sabe si se celebrará o no la segunda vuelta electoral en el país en la fecha establecida. Los ganadores y sus electores se encuentran en un limbo político electoral.
Aristóteles, en su obra Ética a Nicómaco, sostiene que la democracia, aunque sea una forma de gobierno defectuosa, es la menos viciosa en comparación con la oligarquía.
Los pueblos originarios y campesinos de Guatemala, al igual que en el resto de los países del Continente, en los doscientos años de República, jamás participaron con organización política propia, ni candidaturas propias, en ninguna elección general.
Guatemala es uno de los países culturalmente más megadiversos del Continente. Según el censo nacional del 2018, más del 44 % de la población de Guatemala se declara indígena. Aunque para una vista antropológica, más del 90 % de la población es genéticamente indígena.