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    Se trata de un eterno tema donde lo Divino se torna humano y lo humano se torna Divino, porque en la musicalidad popular ambos elementos se conjugan muy bien.

Vinculado como está el Caribe a la música y a la religiosidad he acá una pequeña lista de temas musicales relacionados con la Semana Mayor del catolicismo.

Permanentemente por estas fechas el tema de la vinculación religiosa con la música popular de todo género surge inevitablemente.

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Y estamos a las puertas de la Semana Mayor del catolicismo respetada según las enseñanzas  y las consejas de la niñez, que, veamos algunas: “Quedarán convertidos en peces si osan meterse al mar en Semana Santa”, “No se como carne roja en Semana Santa”, “No se puede clavetear nada en viernes Santo, pues le duele a Jesús crucificado”, “Ojo con la música, que en Semana Santa debe ser Instrumental”.

Con el paso del tiempo tales consejas fueron echadas al saco del olvido, más permanecen algunas tradiciones en muchos pueblos del Caribe y del mundo. Por ejemplo las procesiones religiosas y la visita a los siete templos para emular las siete frases dichas por Jesús en la Cruz, y los siete potajes (comidas). En el caso de Venezuela todavía se suelen escuchar en algunas emisoras dos poemas que reflejan el sentimiento de estas fechas: El Cristo Roto del padre Ramón Cué (SJ) y El Limonero del Señor, del bardo venezolano, nacido en Cumaná, Andrés Eloy Blanco.

Andrés Eloy Blanco. I Foto: elperroylarana.gob.ve

El Cristo Roto (Fragmento):

A mi Cristo roto lo encontré en Sevilla. Dentro del arte me subyuga el tema de Cristo en la cruz. Se llevan mi preferencia los cristos barrocos españoles. La última vez, fui en compañía de un buen amigo mío. Al Cristo, ¡Qué elección! Se le puede encontrar entre tuercas y clavos, chatarra oxidada, ropa vieja, zapatos, libros, muñecas rotas o litografías románticas. La cosa, es saber buscarlo. Porque Cristo anda y está entre todas las cosas de este revuelto e inverosímil rastro que es la Vida.

– Ehhmm ¿Quiere algo padre?

– Dar una vuelta nada más por la tienda, mirar, ver.

De pronto… frente a mí, acostado sobre una mesa, vi un Cristo sin cruz, iba a lanzarme sobre él, pero frené mis ímpetus. Miré al Cristo de reojo, me conquistó desde el primer instante. Claro que no era precisamente lo que yo buscaba, era un Cristo roto. Pero esta misma circunstancia, me encadenó a Él, no sé por qué. Fingí interés primero por los objetos que me rodeaban hasta que mis manos se apoderaron del Cristo, ¡Dominé mis dedos para no acariciarlo! No me habían engañado los ojos… no. Debió ser unCristo muy bello, era un impresionante despojo mutilado. Por supuesto, no tenía cruz, le faltaba media pierna, un brazo entero, y aunque conservaba la cabeza, había perdido la cara.

Se acercó el anticuario, tomó el Cristo roto en sus manos y…

– Ohhh, es una magnífica pieza, se ve que tiene usted gusto padre, fíjese que espléndida talla, qué buena factura…

– ¡Pero… está tan rota, tan mutilada!

– No tiene importancia padre, aquí al lado hay un magnífico restaurador, amigo mío y se lo va a dejar a usted, ¡Nuevo!

Volvió a ponderarlo, a alabarlo, lo acariciaba entre sus manos, pero… no acariciaba al Cristo, acariciaba la mercancía que se le iba a convertir en dinero.

El vendedor exaltaba las cualidades para mantener el precio. Yo, sacerdote, le mermaba méritos para rebajarlo… Me estremecí de pronto. ¡Disputábamos el precio de Cristo, como si fuera una simple mercancía! Y me acordé de Judas… ¿No era aquella también una compraventa de Cristo? ¡Pero cuántas veces vendemos y compramos a Cristo, no de madera, de carne, en él y en nuestros prójimos! Nuestra vida es muchas veces una compraventa de cristos.

El Limonero de El Señor (Fragmento)

“¡Oh, Señor, Dios de los Ejércitos/ La peste aléjanos, Señor…!
En la esquina de Miracielos hubo una breve oscilación.
Los portadores de las andas se detuvieron; Monseñor
el Arzobispo, alzó los ojos hacia la Cruz.
La Cruz de Dios, al pasar bajo el limonero,entre sus gajos se enredó.
Sobre la frente del Mesías hubo un rebote de verdor
y entre sus rizos tembló el oro amarillo de la sazón.
De lo profundo del cortejo partió la flecha de una voz:
¡Milagro…! ¡Es bálsamo, cristianos, el limonero del Señor…!
Y veinte manos arrancaban la cosecha de curación
que en la esquina de Miracielos de los cielos enviaba Dios.
Y se curaron los pestosos bebiendo el ácido licor
con agua clara de Catuche, entre oración y oración”.

Musicalidad religiosa

Vinculado como está el Caribe a la música y a la religiosidad he acá una pequeña lista de temas musicales relacionados con la Semana Mayor del catolicismo. Se trata de un eterno tema donde lo Divino se torna humano y lo humano se torna Divino, porque en la musicalidad popular ambos elementos se conjugan muy bien.

El Guía- El Hombre de la Cima

Se recuerda a José Luis Rodríguez (con Los Zeppis y con Billo antes de ser solista). Igual se recuerda su separación de la orquesta de Billo, su matrimonio con Lila Morillo y lo que se llamó su camino religioso. Es en esa etapa, en 1971 cuando se da a conocer su grabación de El Guía para luego, al año siguiente da a conocer El Hombre de la Cima. “Sobre la cima de una montaña/ un hombre grita cosas extrañas/ mirando al cielo pide y suspira/…”

El Buen Pastor

Raphy Leavit fundó su orquesta La Selecta en 1971, pero ya venía trajinando en la música desde pequeño (nació en 1948). Fue con La Selecta con la que viajó a Estados Unidos de Norteamérica en aquella gira fatal que se llevó la vida de su trompetista Luisito Maisonet, y casi la de él. A los meses llegaría el temazo que es “La cuna Blanca” y para 1976 tendríamos a Raphy Leavit, su Orquesta La Selecta y su inconfundible vocalista Sammy Marrero con lo que se convertiría en un verdadero himno dentro de la salsa caribeña: El Buen Pastor.

“Allá muy alto en el cielo/ se oye un sollozo de amor/ lágrimas caen tras el velo/ mientras se eleva oración/El Buen Pastor/ Padre mío/ tus hijos te han olvidado/ Padre mío cómo se burlan de tus mandatos/ ni con mi muerte pude enseñarles lo que es tu Ley.../ Decía el Buen Pastor, al que me siga nada le faltará

El Mesías y Nazareno

Avanzando la década de los 70 y estando ya con su agrupación Los Cachimbos el eterno Sonero Mayor Ismael Rivera dio a conocer dos temas que resultarían ser legendarios. En el álbum  De todas Maneras Rosas incorporaba  El Mesías (Quién soy yo /quién será/ soy la ruta/ el camino por donde vas/) como antes en el álbum Traigo de todo había reventado la liga con el tema de Henry Williams, El Nazareno. ¿Lo recuerdan? “ Yo estaba en un vacilón/ fui a ver lo que sucedía/ cuando ya me divertía y empezaba a vacilar/ no sé de dónde una voz vine a escuchar/...Haz bien/ no mires a quien/ dale la mano al caído/ y si acaso bien malo ha sido/ dale la mano también”

Juan en la ciudad

Posiblemente una de las más completas orquestas de Salsa  de todos los tiempos sea la de Ricardo Ray y Bobby Cruz con la que los caribeños cubrieron décadas gloriosas para el mundo de los arreglos y la sonoridad.

Venían juntos desde 1963 cuando comenzaron a unir sus nombres para denominar la orquesta.

Richie Ray y Bobby Cruz. I Foto: Cortesía Facebook

Adasa, Pancho Cristal, Sonido Bestial, los grandes éxitos, la fama cegando y la conversión religiosa llegando para que en 1976 apareciera Juan en la ciudad, recreándose en este tema la famosa y polémica parábola del Hijo Pródigo. “Y el papá decía/ al verlo llegar/ mi hijo ha regresado/ vamos a celebrar”.


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