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  • Ya Pablo no se encuentra entre nosotros, pero se deja constancia de su afecto por Venezuela, de su relación con ella y de su historia con Lilia Vera, una venezolana a la que admiró y con la que hizo un disco memorable, para la historia.
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    Ya Pablo no se encuentra entre nosotros, pero se deja constancia de su afecto por Venezuela, de su relación con ella y de su historia con Lilia Vera, una venezolana a la que admiró y con la que hizo un disco memorable, para la historia.

Pablo Milanés, un gran referente cultural, ideológico y musical, y eterno amigo de Lilia Vera.

No fueron pocas las veces que Pablo Milanés estuvo en Venezuela. Era y es Venezuela un país amado por el pueblo cubano, y no solo hablamos de historia o de política. Hablamos de cultura y música, algo que pocas naciones enarbolan entre ellas.

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Los vínculos de Cuba y Venezuela rebasan lo histórico para inscribirse en la médula de una musicalidad sorprendente que ha dado excelentes ejemplos al mundo de lo hermoso que es  identificarse en la diversidad cultural.

El primero de la Nueva Trova Cubana en Venezuela fue Silvio Rodríguez y recorrió prácticamente al país enterándose de sus problemas y corroborando lo que Alí Primera cantaba en sus tan incendiarios como poéticos temas de denuncia. Ya Alí y Silvio se conocían desde Europa, y Silvio Rodríguez decía que Alí era un auténtico cantante de barricadas, militando con su canción en la causa de su pueblo, el venezolano. “El más auténtico, y mira que yo conozco cantores de protesta” nos dijo en entrevista.

Pero si Silvio fue el primero de la Nueva Trova en llegar a Venezuela, en el caso de Pablo Milanés con Lilia Vera la historia es intensa, y muy hermosa.

Pablo Milanés durante un concierto en Murcia. I Foto: EFE

Habla Lilia

“La primera vez que supe de Pablo fue acá, en Venezuela. Había muchas personas en el entorno. Estaba la entonces directora del Ateneo de Caracas, María Teresa Castillo, (esposa de Miguel Otero Silva), estaba Alí Ko, quien cantaba en esa época, y muchas personas conocidas, entre ellas Orlando Montiel, productor discográfico. Pablo estaba allí y así nos conocimos. Yo conocí a Silvio (Rodríguez) primero que a Pablo, pero recuerdo muy bien que conocí a Pablo en la casa de María Teresa Castillo”.

“Estando en Venezuela hubo un encuentro con unos amigos y Pablo fue a ese encuentro. Él había escuchado un proyecto que yo tenía y que estaba realizando: “El Nuevo canto de Lilia Vera” que era el del pentagrama con un pajarito cantando. Ahí estaba buena parte del material que se grabó posteriormente porque Pablo se empeñó en grabar varias canciones de ese proyecto.

Él se fue para Cuba y se llevó la cinta y no me dijo nada porque no la había escuchado completamente, pero desde Cuba me mandó a decir con Alí Ko y con Orlando Montiel que él quería grabar conmigo. La idea salió de Pablo y él escogió el material que quería grabar y era el material de mi proyecto.

Lilia Vera. I Foto: albaciudad.org

Yo le repliqué: “¿Cómo vas a hacer esto? Me vas a fusilar el disco, que no lo he sacado todavía y tú lo vas a grabar. Sé que tienes condiciones económicas y yo no pero…” y entonces Pablo me dijo que lo que quería era grabar conmigo, hacer él temas venezolanos y que yo cantara algunos de sus temas. Entonces hizo una lista con cualquier cantidad de canciones que quería que yo le grabara”.

“Cuando se dio el temario de yo ir a Cuba él lo organizó con la idea de que fuera por espacio de un mes, en 1980, para grabar el disco, sí, pero que yo hiciera una pequeña gira por el oriente del país, de Cuba, y luego al regresar a La Habana hacer el disco. Así fue. Luego cuando él regresó de su también gira cubana nos reunimos en su casa y me dijo:  Tengo una canción que escribí específicamente para ti”.

Te quiero porque te quiero

Lilia Vera manifiesta que se desconcertó. “Yo me desconcerté porque se trataba de un ritmo pop y me estaba enfrentando a algo que yo por mi naturaleza no había ejercido y no sabía cómo lo iba a ejercer. Ahí comenzó el trajín de grabación. Él me preguntaba qué quería grabar y yo le decía lo que quería grabar de sus temas. Así fuimos canjeando”.

Recuerdo que Sara (González) y él estaban ensayando un poema de Nicolás Guillén que Pablo había musicalizado. Y entonces le dije: Yo quiero cantar “Canción”, y él respondió ¿¿¿Qué???. La cosa es que ese era el tema que iba a grabar con Sara. Le hice lo que él me hizo a mí y al final me dijo: Está bien. (Lo que es igual no es trampa).

Canción

Al final de la escogencia Pablo iba a hacer un tema para los 25 años de la Revolución, que fue justamente cuando yo estaba allá. Hizo “Canción por la Unidad Latinoamericana”. Él hizo su versión para el aniversario pero luego la grabamos en el disco”. El disco se grabó en Cuba porque Pablo era artista de Egrem y eran Derechos Reservados de Egrem. El sello Integra, de Venezuela, era asociado.

“En Venezuela nos presentamos en varias ocasiones y en Cuba nos presentamos en un Festival (en Varadero) pero hubo un detalle: Yo había perdido la voz por los cambios de clima. En la habitación no tenía aire acondicionado pero en el lobby la cosa era una nevera. Perdí la voz y Pablo mismo me llevó al médico y el médico le dijo que había pérdida de voz total. Pablo le dijo que yo tenía que cantar a las 5 de la tarde y el doctor le dijo que sólo sería posible si yo no abría más la boca. Yo entré en pánico, pero llegó la hora. En una tarima estaban Chico Buarque y Silvio Rodríguez y en la otra Pablo y yo. Y sí. Sí cantamos en Cuba. Mi voz salió perfecta”.

En aquellos tiempos, recuerda Lilia el punto de contacto era el Ateneo de Caracas, en una época no muy lejana. “Parece mentira, pero fue un centro cultural muy importante en esa época”. Y en efecto el Ateneo fue un punto de concentración cultural debido a la orfandad en que estaban sumidas las manifestaciones de tradición y populares de Venezuela en ese entonces.

En cuanto a la grabación del disco, Lilia acota que ese disco se ganó el premio Egrem de música latinoamericana.

“No me llegué a plantear hacer otro disco así, aunque me llegué a plantear un disco de temas cantados con otros compañeros como Joan Manuel Serrat que en varias ocasiones trabajamos juntos, y con Ana Belén, pero con las dificultades que planteaban las casas discográficas, eso no se pudo hacer. Lamentablemente uno no tiene ni el poder adquisitivo ni la proyección para poder hacerlo. Yo quería hacer algo así con Sonia Silvestre, querida cantora dominicana, y con Víctor Víctor, compañero también del discurso que hemos acompañado. Todo se quedó en “Vamos a hacer”. Bien sabes que los artistas venezolanos no hemos sido apoyados para estos emprendimientos. Te digo que las ganas siempre están de hacer con compañeros que están en la distancia, en otros países, así como en Venezuela”.

Y es que Lilia Vera está muy activa aunque adolorida por la partida de Pablo Milanés, un gran referente cultural, ideológico y musical, y su eterno amigo.

Canción por la Unidad Latinoamericana

El productor: Orlando Montiel

Orlando Montiel merece por mérito propio un capítulo aparte en la historia discográfica de Venezuela.

Para la etapa que estamos abordando ya Montiel había dejado su cargo de Gerente del sello CBS y también de la BAFS. Acometía la empresa de dar solidez al sello Inter Americana de Grabaciones. INTEGRA, sello que se ocupó de promover la discografía de Cuba en Venezuela, tarea en la que fue exitoso ese emprendimiento. Ya Montiel había sido productor nada menos que de Guaco, de El Trabuco Venezolano y de el Sonero Clásico del Caribe, además de Francisco Pacheco en su primer disco como Solista bajo la égida (todavía) de Un Solo Pueblo.

Al comunicarnos con él, que está en Madrid, nos  dijo: “Pablo Milanés fue mi mejor amigo en Cuba. Te puede parecer increíble, pero de toda esa camada de artistas y productores, ninguno me dio acceso a sus hogares. Puedo entender las razones, pero Pablo no. Pablo era abierto como el cielo y siempre me pedía que cuando viajara de Caracas a La Habana (lo hacía con frecuencia) le llevara su botellita. Y la botellita era un litro de ron Cacique del cual era amante. Claro, cuando yo viajaba para verlo le llevaba no uno sino varios Cacique. Buen ron”.

“Con el tema del disco de Lilia Vera y él, de Pablo, ciertamente ellos discutieron el repertorio pues a Pablo le había gustado mucho un repertorio que Lilia tenía para un nuevo disco, casi que se lo quitó, pero en verdad era un repertorio muy hermoso y representativo de lo tradicional y popular venezolano. Por su parte, Lilia escogió los temas de Pablo para esa producción. Al final yo, como productor aprobé la escogencia. No tuve objeciones y comenzamos a considerar los músicos para ese álbum que se grabó en La Habana en los estudios Egrem, sello que le dio licencia inmediata al sello que yo representaba, Íntegra, para reproducirlo en Venezuela”.

Conciertos juntos

Sí. Lilia Vera y Pablo Milanés se pudieron presentar juntos en Cuba, tal y como lo señala Lilia, y también en Venezuela. Memorable fue un concierto en el Teatro Municipal de Caracas, donde retumbaron Montilla y la Canción por la Unidad Latinoamericana.

El contenido de este antológico álbum de Lilia y Pablo es el siguiente:

El Pregón de las flores, de Rafael Salazar, Pueblos Tristes de Otilio Galíndez; La Muerte del Animal, de Henry Martínez; Mi tripón, de Otilio Galíndez; Montilla, del folclore de Venezuela; Te quiero porque te quiero, Para vivir, El Manantial, Canción, El primer amor, de Pablo Milanés, salvo Canción que tiene letra del poeta Nicolás Guillén.

Entre los músicos que participaron de esta maravillosa experiencia estuvieron Eduardo Ramos, Frank Bejerano, Willians Montesinos, Mao Fermín y Frank Fernández, con la producción de Orlando Montiel y Alí Ko y las memorables voces de Lilia Vera y Pablo Milanés.

Epílogo

Las visitas de Pablo Milanes a Venezuela jamás pasaron inadvertidas, pero hay una en especial que marcó huellas y fue cuando estando él en Caracas también llegó a la capital venezolana Rubén Blades.

Milanés asistió a la rueda de prensa de Blades, para escucharle. (Blades es hijo de cubana). Cuando el panameño supo que Pablo estaba en el público lo saludó y le preguntó: ¿Cuándo caerá el gobierno comunista de Fidel?

Pablo no se inmutó ni se fue de la sala. Tampoco le respondió. Pero al par de horas convocó a una rueda de prensa en su habitación del hotel Hilton (actual Alba Caracas).

Los periodistas abarrotaron los espacios, expectantes. Y Milanés dijo: "Gracias por venir. Solo quería decirles que Rubén Blades es un auténtico...”. Nada más.

Ya Pablo no se encuentra entre nosotros, pero se deja constancia de su afecto por Venezuela, de su relación con ella y de su historia con Lilia Vera, una venezolana a la que admiró y con la que hizo un disco memorable, para la historia.


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