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Luis Pino
Luis Pino

Nacido en Mérida, Venezuela.Narrador y ensayista. Activista político de base, del PSUV. Comunicador de Calle del SiBCI, No. 16004.Profesor universitario e investigador de fenómenos sociales y del habla espontánea.Profesor en Lengua Materna; Magister Scientiae en Literatura Iberoamericana; Doctor en Ciencias Sociales.

15 Notas publicadas

sipango60@hotmail.com
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Esta persecución y matanza de palestinos, que comenzó en 1947 a manos de los sionistas, tuvo su corolario en lo que se conoce como el día de la Nakba, es decir, el día de “la catástrofe”.

Desde la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se ha venido haciendo la cama para liquidar lo que hoy conocemos como la Federación Rusa. El celestinaje al sentimiento pronazi que ha emergido entre tanto resentimiento y canibalismo tribal, los gringos han sabido aprovecharlo y lo ha insuflado, para extender su hegemonía.

La República Bolivariana de Venezuela ha atravesado desde el pasado año dos mil doce (2012) toda suerte de boicot económico y de espiral inflacionaria desatada y anárquica, que han hecho necesaria y  urgente, una reconversión monetaria, como la que acaba de decretar el Presidente Nicolás Maduro, en la que se eliminan tres ceros al signo monetario actual, junto con otras medidas, que esperamos se hagan efectivas, para que las lacras de la especulación y usura como armas políticas, sean conjuradas y construyamos una nueva cultura económico-financiera y productiva que generen riqueza productiva, entre todos los habitantes de la población. 

En este momento, en las calles, barriadas, pueblos y caseríos de la República Bolivariana de Venezuela, se percibe, objetiva y materialmente, este escenario -de base económica- dantesco.

Sin pretender, en modo alguno, hacer una mala copia de la prosa empalagosa del trujillano Mario Briceño Iragorry, en su libro de ensayos Mérida la hermética (1997), he tomado en préstamo este metatexto de su libro, con otra visión y otra lectura alejada de las complacencias discursivas para la burguesía y su godarria andina, propias del citado autor, cual dedicatoria de emisora radial pueblerina, teniendo en común, la coincidencia de que una de las tres Méridas del planeta Tierra, la de la República Bolivariana de Venezuela es “hermética”, a partir de un conjunto de complejos semióticos o de significaciones, que reflejan lo que hoy somos los merideños y el porqué estamos tan “rejodidos” (en la jerga popular venezolana, su carga semántica no tiene traducción, pero se aproxima a “estar mucho peor que mal”) y alejados de toda la prosa poética y bucólica que en la narrativa, poesía y ensayo con pose academicista y pseudointelectual merideña pretenden vendernos y dejar como testimonio, aparentando ser lo que no somos en Mérida, para así, preservar los intereses de los que pretenden que sigamos siendo lo que ellos quieren que seamos y sinque lo sepamos. 

Para esta dantesca hazaña, prevéen que con Donald Trump como pieza de movimientos teledirigidos
Ese Hugo Chávez, fue acumulando fuerza, llamando al pueblo, recogiendo voluntades, aquí y allá, hasta que con su mensaje liberador, con el Socialismo Bolivariano, como bandera y plan de cambios y transformaciones, echó las bases de una revolución pacífica, aunque no desarmada, de la nueva Patria,
Si consideramos que todo banco central de cualquier país con economía sana, emite billetes o monedas, de acuerdo con sus reservas nacionales e internacionales, habremos de notar lo que hasta las piedras saben: el único país y gobierno que emite papel inorgánico, cuyas reservas nacionales e internacionales no cubren dicha emisión, es el de Estados Unidos de Norteamérica (EEUU).
En el caso de Nicolás Maduro, escucho por doquiera, entre los pobres y los humildes que votarán por él, el próximo 22 de abril, porque Nicolás Maduro es el “Protector del pueblo”, contra esa clase de mercachifles y ladrones que nos han destrozado la economía.
Ahora bien, estas joyitas del Grupo de Lima, aunque están obsesionadas con Nicolás Maduro, con una enferma “fijación patológica”, para ocultar sus lacras y sus malos gobiernos, paradójicamente, temen y rehúyen la presencia de Nicolás Maduro, porque saben que con su asistencia se prendería la pradera de presidentes con sentido democrático.
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