Minga desmiente con pruebas acusación usada para suspender diálogos

Hace dos semanas los pueblos indígenas del Valle del Cauca, en Colombia, decidieron reunirse en Mingas (Consejos Comunitarios) para reanudar la petición de que el Gobierno del presidente Iván Duque respete sus derechos ancestrales, reconocidos por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que les dan soberanía y poder de decisión sobre sus territorios. La explotación de varias minas ha sido autorizada sin consultarlos.

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Este sábado en un retén de la carretera Panamericana fueron sorprendidos dos sujetos vestidos de civil; pero al revisar la cajuela del auto la encontraron repleta  de uniformes militares.

La representación del Gobierno, al enterarse del hecho, se levantó de la mesa de negociaciones.

El Consejo Regional Indígena del Cauca informó que llevan a cabo labores de revisión y control por razones de seguridad, pues han intentado infiltrarlos de varias maneras y así lo han hecho saber en diferentes oportunidades al gobierno nacional.  Los funcionarios fueron entregados, y sus prendas militares íntegras a representantes de las entidades garantes como la MAPP-OEA y la ONU, de lo cual hay registro escrito y audiovisual

Tras esta liberación se reanudó el diálogo entre los representantes indígenas y los gubernamentales.

Las causas detrás de la Minga

Las comunidades originarias han denunciado el abuso del “fracking”, un sistema de explotación minera considerado altamente contaminante.

El Consejo Regional Indígena también defiende el derecho de mantener relaciones con sus pares en Venezuela, lo cual se opone a la campaña de hostigamiento contra el país bolivariano en la que insiste el gobierno de Iván Duque.

Los organismos indígenas, cuya labor más importante es la agricultura, exigen ser considerados y participar en el Plan Nacional de Desarrollo; el acceso a tierras productivas y el respeto a derechos que ya están considerados en la Constitución de su país.

Tierras, cuya propiedad les fue reconocida incluso durante la época colonial, han sido privatizadas.

Los autodenominados “mingueros” y “mingueras”, aseguran que su protesta es pacífica, pese a lo cual ha sido judicializada y se les ha herido y asesinado.

Otro gesto de buena voluntad

La liberación de los dos soldados encubiertos no ha sido el único gesto de buena voluntad. En un hecho aparte las autoridades indígenas del cabildo central también habían liberado a un soldado que fue capturado cuatro días antes por un grupo irregular que emplea métodos ajenos al diálogo y las negociaciones que promueve la minga.