Irán desmiente acusación de interferencia en comicios de EE.UU.

El Ministerio de Asuntos Exteriores iraní citó al embajador de Suiza, Marcos Lightner, como representante de los intereses de EE.UU. en Teherán para manifestarle "la enérgica protesta" del país persa por "los nuevos infundios" de las autoridades estadounidenses relativos a una supuesta "interferencia electoral". 

LEA TAMBIÉN: 

Irán anuncia levantamiento del embargo de armas contra el país

La reacción de Irán es la respuesta a las declaraciones del director de Inteligencia Nacional de Estados Unidos, John Ratcliffe, quien acusó el miércoles a Rusia e Irán de "emprender acciones específicas para influir en la opinión pública", en relación a las elecciones presidenciales de EE.UU. que tendrán lugar el próximo 3 de noviembre.

Ratcliffe dijo al respecto: "Hemos confirmado que alguna información del registro de votantes ha sido obtenida por Irán y, separadamente, por Rusia".

En ese sentido, la respuesta del portavoz de la Cancillería iraní, Said Jatibzade, señaló: "La República Islámica de Irán, además de rechazar las repetidas alegaciones y los informes inventados, torpes y fraudulentos de las autoridades del régimen estadounidense, reitera que, para Teherán, no importa cuál de los dos candidatos actuales alcance la Casa Blanca". 

La nota de la Cancillería de Teherán abunda: "A diferencia de Washington, la República islámica no comete injerencias en los asuntos internos de otros países".

Al respecto, Jatibzade subrayó que "el régimen estadounidense y sus servicios de inteligencia y seguridad, que tienen un largo historial de interferir y perturbar las elecciones de otros países y están atrapados en su mundo delirante y fraudulento, recurren a este tipo de alegatos infundados en el período previo a las elecciones estadounidenses con la esperanza de avanzar en su proyecto antidemocrático y escenario predefinido".

El vocero fue más allá en su exposición y dijo al respecto: "No es descabellado que los diseñadores de escenarios tan infantiles busquen desviar la atención del público”, recurriendo a cualquier tipo de provocaciones para usarlas como un chivo expiatorio en el caso de que el candidato deseado no gane los comicios.

Este es el más reciente episodio de la saga de enfrentamientos diplomáticos entre Washington y Teherán, el cual ha vivido un álgido año desde el asesinato en enero de un general iraní a manos de fuerzas estadounidenses.