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La cumbre contra el cambio climático, celebrada en Madrid, culminó con acuerdos que no contemplan medidas efectivas para enfrentar el calentamiento global.
A pesar de ser la cumbre que se ha extendido más tiempo para alcanzar un acuerdo consolidado para combatir la emergencia climática, los resolutivos finales de la COP25 en Madrid decepcionaron por los alcances limitados propuestos para regular los mercados de carbono.
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La COP25 (reunión número 25 de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de la ONU de Cambio Climático), para reforzar el Acuerdo de París, se realizó en Madrid del 2 al 15 de noviembre cuando se esperaban acciones contundentes para hacer frente a los gases efecto invernadero.
No obstante, no se logró que los países más contaminantes, como Estados Unidos, China, India y Rusia, que juntos suman el 55 por ciento de las emisiones de gases efecto invernadero, se comprometieran a reducir en forma concreta estas poluciones.
La cumbre climática se produjo cuando varios estudios científicos, previos a la reunión en Madrid, resaltaron que la emergencia climática empeora cada día y tiene efectos negativos sobre las vidas de las personas en todos los rincones del globo alejándose cada vez más de los Acuerdos de París.
En esta COP25 se esperaba que se reforzaran acciones sobre dos asuntos polémicos que han estado presentes en anteriores cumbres: el artículo 6 del Acuerdo de París sobre el uso de los mercados internacionales de carbono.
Además, el referido a un tema más espinoso conocido como Contribuciones Nacionales Determinadas (NDC) y sobre la duración del período de implementación para cada país.
Las NDC encarnan los esfuerzos de cada país para reducir las emisiones nacionales y adaptarse a los efectos del cambio y son importantes porque son un indicador de si el mundo alcanza los objetivos a largo plazo del Acuerdo de París.
Sin embargo, en las declaraciones finales no se hace un llamamiento explícito a los países a presentar NDC más duros en 2020 por la resistencia de los grandes países emisores para y cumplir con el Acuerdo de París, que compromete a los países a evitar que la temperatura media del planeta suba este siglo por encima de 1.5 grados.
Tampoco se incluyó el apartado sobre la regulación de los mercados de carbono, para incentivar la implementación de acciones por parte del sector privado, debido a que los países no lograron sellar un compromiso común al respecto.
El documento final establece que los países deberán presentar en 2020 unos compromisos más ambiciosos de reducción de emisiones para hacer frente a la emergencia climática.
El acuerdo, titulado “Chile-Madrid, tiempo de actuar”, fue aprobado por la presidenta de la COP25, la ministra chilena de MedioAmbiente, Carolina Schmidt, cuyo liderazgo fue criticado ampliamente por la comunidad científica y diferentes ONG.
De esta forma, los casi 200 países reunidos en la capital española, hasta donde se trasladó la cumbre que originalmente iba a realizarse en Santiago, lograron cerrar un documento que muchos llamaron "de mínimos" para aumentar la ambición climática a partir de 2020.
Algunos expertos comentaron que el acuerdo no tiene nada de ambicioso, e incluso expresaron que la gestión de la presidencia tuvo mucho que ver en el decepcionante desenlace.
Concluido el evento, el senador Guido Girardi, presidente de la Comisión de Medio Ambiente, criticó como un "total fracaso" el rol del Gobierno chileno como gestor de acuerdos en la COP25, presidida por la ministra Schmidt.
El parlamentario del PPD anunció que citarán a la ministra para que “rinda cuentas” de su cometido durante la cumbre que se desarrolló en Madrid,
Las críticas a Schimdt y al fracaso de la COP25 llegaron también desde actores internacionales, como el secretario general de la ONU, António Guterres, quien manifestó su “decepción” por el cómo terminó la cumbre.
El Grupo de Países Menos Desarrollados, quienes afirmaron que no se resolvieron “cuestiones claves” asociadas al cambio climático.
Laurence Tubiana, de la Fundación Europea del Clima y arquitecto del acuerdo de París, señaló a la BBC que el resultado de este COP "está muy lejos de lo que la ciencia nos dice que se necesita".
"Los principales actores no cumplieron con las expectativas, pero gracias a una alianza progresiva de pequeños estados insulares, países europeos, africanos y latinoamericanos, obtuvimos el mejor resultado posible contra la voluntad de los grandes contaminadores", agregó.
