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Aumentar la capacidad de tolerancia ante las frustraciones es una necesidad impostergable de los individuos en la sociedad moderna, plagada de deseos de consumo.

Aumentar la capacidad de tolerancia ante las frustraciones es una necesidad impostergable de los individuos en la sociedad moderna, plagada de deseos de consumo. | Foto: mundopsicologos.com

Publicado 16 noviembre 2022



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Sufrimos frustraciones todos los días y saber manejarlas es vital para un fructífero desarrollo individual y colectivo.

La frustración es una fuente ineludible de agresión, por lo que se ha convertido en un flagelo para el desenvolvimiento del individuo en la sociedad moderna, señalan especialistas en salud mental. Controlarla significa establecer cierta conformidad activa, es decir, debemos aceptar la realidad, pero luchar constantemente por mejorarla o cambiarla.

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Muchos definen a los hombres y mujeres de este planeta como “seres en carencia”, ávidos de bienes materiales y resultados exitosos durante una gestión vital plagada de obstáculos, constantemente en competencia, evaluada por familiares, amigos, colegas, instituciones y el propio individuo.

Por eso, aumentar la tolerancia a la frustración se convierte en una necesidad impostergable para nuestro desarrollo individual, la interacción social y la conducción de nuestros hijos, porque “ser tolerantes con nosotros mismos y con nuestras frustraciones es parte de aprender el arte de vivir”, aseguran expertos.

“La tensión entre lo que anhelamos y la resistencia (para alcanzarlo) nos genera rabia, impotencia, malestar, ansiedad, desesperación”, sobre todo lo que sentimos fuera de nuestro control. Pero estos procesos ni sus resultados pueden inhabilitarnos como seres sociales útiles, en paz con nosotros mismos y el entorno.

Ejercicios contra la frustración

En aras de ayudar a afrontar tales sensaciones y gestionar emociones contradictorias y desagradables, proponemos seis ejercicios para estimular la tolerancia a la frustración.

1. Diseña metas realistas para tu vida: No establecer metas inalcanzables, pues resultan la fuente más común de frustraciones y evitan la sensación de felicidad, principio visceral de la existencia. Enfrenta las que te propongas con optimismo, con objetivos concretos y la convicción de que todo no se puede lograr. Ni tú ni nadie, todo el tiempo. Acéptalo.

2. Conserva la calma: Ejercicio estoico en tres pasos. Primero, imagina una situación del presente que pueda resultar frustrante. Segundo, repítete mentalmente que la vas a enfrentar y aceptarás con tranquilidad el resultado, sea cual sea. Tercero, repasa en tu imaginación cómo te verías actuando con tranquilidad ante un evento frustrante.

3. Acéptate a ti y a tus logros, tal cual son: Reconoce la sensación de frustración que experimentas. Explícate a ti mismo cómo te estás sintiendo, desde la curiosidad y la amabilidad. Acepta tus emociones y repasa tu experiencia con delicadeza. Ten compasión con tu experiencia como si fuera de otro necesitado de ayuda y compañía, visualízala críticamente desde el exterior con una perspectiva más amplia. Absorbe profundamente la experiencia como parte de ti. Deja ir tu experiencia pasada con suavidad y enfócate en otro intento o en una experiencia diferente.

4. Adelántate a frustraciones futuras: Sin llegar a la predisposición, todas las mañanas escribe situaciones que podrían resultar ajenas a tus deseos y reduce el impacto de las adversidades inesperadas. Desarrolla un código recordatorio, con un objeto o una imagen, como ejercicio mental, que te diga que estás intentando mejorar y aumentando tu tolerancia a las frustraciones.

5. Ejercita la tolerancia con pequeñas adversidades: Puedes imponerte adversidades ligeras que te ayuden a desarrollar la aceptación. Dedica unos minutos a enumerar las incomodidades que usualmente te generan frustración. Elige una de ellas, nunca entre las más fuertes, que especialmente te gustaría tolerar más. Diseña un plan para exponerte y sobreponerte a ella.

6. Lo que no te mata, te hace más fuerte: Si no puedes lograr lo que quieres, utilízalo para crecer. Cuando estés en una situación frustrante, asúmela como una oportunidad para desarrollar la tolerancia. Reflexiona cómo actuaste, qué sentiste, cómo pensaste en cierto momento de frustración y considera nuevas opciones para enfrentar situaciones similares. Toma la adversidad como un reto y supéralo como un proceso cotidiano, sin establecer resistencias innecesarias.


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