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La paz mundial es un objetivo planteado por Estados y organismos internacionales durante décadas con el fin de fomentar el desarrollo y la equidad en todas las sociedades, pero el incremento de conflictos ha impedido mayores avances ante los intereses políticos y económicos de Gobiernos que participan activamente en ellos.
Un elemento común en la mayoría de los enfrentamientos que ocurren en América, África, Europa y Asia, es la presencia de Estados Unidos (EE.UU.) como un factor con decisión y, según el analista militar Gil Barndollar, actúa en un territorio "donde no hay intereses nacionales que estén bajo amenaza".
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Por su parte, la periodista argentina Stella Calloni afirma que la injerencia de EE.UU. en asuntos internos es "parte de una guerra contrainsurgente que se está librando en nuestros países que desde hace tiempo".
El conflicto armado en Siria, iniciado en 2011, ha ocasionado la muerte a más de 400.000 personas mientras que más de 11 millones han sido desplazadas. Al respecto, los bombardeos que dirige la coalición internacional liderada por EE.UU. han provocado el fallecimiento de miles de civiles.
Por su parte, el Gobierno de Bashar al Assad ha recuperado el control en la mayoría del territorio sirio como parte de la lucha contra el terrorismo, junto a aliados como Rusia, Irán y Turquía, quienes han reiterado su compromiso con la pacificación del país y de la región.
Para Barndollar, pese a que el presidente estadounidense Donald Trump prometió acabar con su intervención en el país árabe, "EE.UU. está doblando su apuesta para una intervención en Siria".
Tras el golpe de Estado de 2014, el conflicto se convirtió en una de las guerras más catastróficas para la nación africana, con más de 11.000 muertos y casi 23.000 heridos desde 2015, durante los ataques perpetrados por Arabia Saudita.
Según el presidente del Consejo Político Supremo de Yemen, Mahdi al-Mashat, la venta de armas por parte de EE.UU. a los países que atentan contra su territorio genera grandes beneficios. Al respecto, considera que "nunca querrán que cesen las exportaciones de armas y acabar así con el flujo de enormes fondos provenientes del Golfo Pérsico".
El presidente Trump ha impulsado la creación de un muro fronterizo con México que impida el paso de migrantes, principalmente de Centroamérica, que huyen de la violencia en sus respectivos países.
Además, canceló el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por su sigla en inglés) que impide la deportación de los hijos de migrantes indocumentados, quienes llegaron al país cuando eran niños.
Las políticas estadounidenses sobre migración también han ocasionado la separación de miles de familias, tras retener a más de 12.000 niños en centros que, desde mayo pasado, están llenos en un 90 por ciento de su capacidad.
El Gobierno de EE.UU. ha implementado sanciones económicas contra países como Venezuela, Rusia, China, Irán, entre otros; medidas que perjudican el normal desarrollo de sus actividades comerciales y afecta mayormente a la población.
En respuesta, el presidente ruso Vladimir Putin ha calificado como contraproducentes y sin sentido las medidas estadounidenses, ya que generan un estancamiento en las relaciones bilaterales.
Por su parte, el mandatario venezolano Nicolás Maduro ha denunciado que el bloqueo impuesto por EE.UU. impulsa la guerra económica que afecta a la población y obstaculiza la posibilidad de pagar por la exportación de productos necesarios para la salud, alimentación y desarrollo del país suramericano.
