Centro Fidel Castro expone flora y arte de simbología rebelde

El Centro Fidel Castro Ruz, inaugurado en La Habana el pasado 25 de noviembre, en ocasión del quinto aniversario de la muerte del líder histórico de la Revolución Cubana, abrió ya sus puertas al público y con ello emprendió una labor más interactiva de estudio y difusión de su pensamiento, obra, vida y ejemplo.

LEA TAMBIÉN: 

Inauguran Centro Fidel Castro Ruz en Cuba

Además de sus salas expositivas, librería, anfiteatro y otros espacios, el Centro suma el atractivo de un jardín cargado de plantas y símbolos vinculados a la vida de Fidel.

Entre ellos se encuentra un ejemplar de caguairán, árbol de madera dura cuyo nombre suelen emplear los cubanos para referirse a la vitalidad y tenacidad sempiternas de Fidel.

No lejos de él se eleva una columna de acero corten nombrada “Caguairán”, obra del artista cubano José Villa Soberón. La pieza escultórica se yergue hacia el cielo y se ilumina con una tenue luz en las noches.

Visitantes refieren que en ocasiones se puede ver a dos palomas posadas en lo alto de la pieza, curiosa imagen que rápidamente se asocia a aquella paloma blanca que se posó en hombros de Fidel cuando le hablaba al pueblo cubano el 8 de enero de 1959, tras derrotar a la tiranía de Fulgencio Batista y cruzar el país en una caravana de fuego y esperanza.

El Centro y su jardín atesoran más de 161 especies y 11.000 plantas traídas de todos los rincones de Cuba, algunas de las cuales se consideran en peligro de extinción. Muchas de estas especies guardan vínculos con la historia de la Revolución, los países amigos e incluso con proyectos agroecológicos que Fidel promovió en sus últimos años.

Cuentan que las rocas que dan forma al salto de agua que divide a los jardines provienen de las desembocaduras de los ríos La Plata y Carpintero, parajes cercanos a la Comandancia General del Ejército Rebelde, en la Sierra Maestra.

De símbolos y asombros se colma el Centro Fidel Castro Ruz, con techos en forma de rombos en alusión a sus grados de Comandante o paredes que se encienden al paso del visitante, con frases del más universal de los cubanos, José Martí, y del propio Fidel.

También se puede ver allí el jeep con el que recorría la Isla y una réplica del yate Granma con que emprendió la aventura del siglo, como denominó el Che Guevara a la azarosa travesía por mar del grupo revolucionario comandado por Fidel para iniciar la última etapa de la guerra de liberación.

Los niños y los jóvenes podrán apreciar además las botas, los prismáticos y el fusil de mira telescópica que empleó Fidel en la lucha revolucionaria, su uniforme de pelotero, las guayaberas que usó y los libros que leyó, los cuales se podrán consultar gracias a la biblioteca del Centro.