Según la Unesco, durante la pandemia, comprobaron un mayor uso y consumo de las tecnologías.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) indica que las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) están desempeñando un papel fundamental en la lucha mundial contra el nuevo coronavirus.
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Según el ente, estas tecnologías permiten que, durante la pandemia, se pueda “compartir información para salvar vidas, desacreditar la información errónea, reforzar la aplicación del derecho fundamental a la información”.
Igualmente, contribuyen a “aprovechar el uso de los medios de comunicación de interés público, las TIC y los recursos educativos abiertos (REA) para el aprendizaje electrónico, y conectar a las personas en línea”.
Por su parte, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) explica que, ante una pandemia, los servicios de salud, principalmente los que son del primer nivel de atención, corren el riesgo de colapsar por una sobrecarga de consultas que podrían ser atendidas utilizando las tecnologías de información.
En este caso, consideran que las TIC permiten una mayor equidad en el acceso a la atención médica oportuna, lo que facilita la evaluación, el diagnóstico y el tratamiento de los casos sospechosos y positivos de forma segura, minimizando el riesgo de transmisión.
El Acelerador del Acceso a las Herramientas contra la #COVID19 es una iniciativa mundial �� �� ��de colaboración que tiene como objetivo:
— OPS/OMS (@opsoms) July 16, 2020
�� Acelerar el desarrollo, la producción y el acceso equitativo a los medios de diagnóstico, las opciones terapéuticas y las vacunas. pic.twitter.com/lSp3ak0mJ4
Sobre la gestión de los servicios de salud, las tecnologías “representan una gran utilidad mejorando el costo-efectividad de los tratamientos y permitiendo la operación regular, y sin interrupciones de los servicios clínicos clave, tanto en la preparación como en el curso de la pandemia”.
En cuanto a las oportunidades tecnológicas creadas en función de facilitar la atención sanitaria, según la OPS, destacan la creación de páginas web, tableros de información (dashboards), aplicaciones móviles, redes sociales, campus virtuales, servicio web de mensajes, foros, entre otros.
También han surgido registros informatizados de enfermedades, las aplicaciones para registro de datos de proveedores y para interacción con los pacientes, los sistemas para prescripciones electrónicas y otras herramientas para telesalud.
Según la Unesco, en tiempos de pandemia, comprobaron un mayor uso y consumo de las tecnologías, ofreciendo tanto oportunidades como riesgos, a la vez que brinda la posibilidad de ejercer una ciudadanía digital responsable.
Al respecto, explican que la tecnología está garantizando nuevas oportunidades para la participación, pues permite “expresarse, hacerse escuchar y ejercer el derecho a actuar por el bien común. Promueven una cultura participativa que fortalece el compromiso social, a través de diferentes plataformas y herramientas”.
En este sentido, cientos de iniciativas digitales han surgido para, a través de las TIC, darle continuidad a la enseñanza; tertulias digitales o maratones de encuentros virtuales gratuitos dirigidos a docentes y directores de centros de estudios y plataformas para realización de tareas, han sido algunas de las estrategias tecnológicas en función de la educación.
De acuerdo con el Banco de Desarrollo de América Latina, la experiencia interactiva en el uso de las tecnologías por parte de los estudiantes se ve reforzada por la retroalimentación inmediata que suelen brindar los programas de aprendizaje asistido por computadora.
Una tarea “casi imposible para un docente en un aula de clases”, pues esa retroalimentación” específica y con el objetivo de apoyar el proceso de aprendizaje, más que de evaluar y calificar a los alumnos, es muy beneficiosa”, consideraron.
La pandemia de la Covid-19 ha generado también un gran volumen de información falsa, “para dañar a una persona, grupo social, organización o país”. Ante este escenario, organizaciones, instituciones y empresas han creado, amparados en las TIC, una serie de herramientas que permiten frenar la desinformación sobre la pandemia.
En este sentido, destaca la Unesco que una defensa contra la desinformación es garantizar que todas las personas adquieran competencias mediática e informacional, pues las personas alfabetizadas en estos “medios e información evalúan críticamente la información con la que se involucran; piensan y verifican antes de usar o compartir información”.
La Unesco, por ejemplo, unió fuerzas con los miembros de la Alianza Global para la Alianza para la Alfabetización Mediática e Informacional (GAPMIL) para lanzar la Respuesta de la Alianza Mediática e Informacional (MIL) a Covid-19.
Un programa que incluye “una serie de seminarios web que cubren varios temas relacionados con MIL y la desinformación Covid-19”, así como la iniciativa “MIL CLICKS para aprender más sobre MIL en las redes sociales, y convertirse en un educador MIL”.
Since January, fact-checkers from the #CoronaVirusFacts Alliance have published at least 217 articles debunking content related to #COVID19 vaccines. American fact-checkers lead the way. Let the latest from @ctardaguila �� https://t.co/asuGuULoZR #coronavirus #CoronavirusFacts pic.twitter.com/UJQOv8YM4k
— International Fact-Checking Network (@factchecknet) June 19, 2020
Asimismo, con el empleo de las tecnologías se estableció el “CoronaVirus Facts Alliance”, una iniciativa presentada por la International Fact-Checking Network, que une a cerca de 80 medios de 74 países para chequear y verificamos informaciones sobre la pandemia.