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Karadima fue expulsado del sacerdocio por el Papa Francisco en 2018.

Karadima fue expulsado del sacerdocio por el Papa Francisco en 2018. | Foto: EFE

Publicado 26 julio 2021



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El certificado de defunción estableció bronconeumonía e insuficiencia renal como posibles causas de muerte.

El exsacerdote Fernando Karadima, expulsado de la iglesia por estar involucrado en uno de los  más resonantes escándalos de abuso sexual más connotados en Chile, murió a los 90 años de edad en la residencia de ancianos San Juan de Dios de Santiago de Chile (capital).

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De acuerdo a reportes médicos, el exsacerdote pederasta pereció producto de una bronconeumonía e insuficiencia renal, padecimientos a los que se sumaban diabetes e hipertensión arterial, además, meses atrás había sido hospitalizado por estar contagiado de la Covid-19. 

Karadima, envuelto en uno de los escándalos de abusos sexuales más grandes de la iglesia católica en Chile, fue denunciado en 2010 por tres de sus víctimas, Juan Carlos Cruz, James Hamilton y José Andrés Murillo, quienes en su etapa de adutez denunciaron haber sido agredidos cuando niños por Karadima en la parroquia de El Bosque en Providencia, barriada de la capital chilena.

"Todo lo que teníamos que decir de Karadima está dicho. Él era un eslabón más en esta cultura de perversión y encubrimiento en la Iglesia", expresaron este lunes en un comunicado las tres víctimas tras confirmarse el deceso del exsacerdote.

Después de ser hallado culpable en 2011, Karadima fue condenado por la Congregación para la Doctrina de la Fe de la Santa Sede a "una vida de oración y penitencia", y se le prohibió tener contacto con antiguos feligreses o realizar cualquier acto eclesiástico de forma pública.

Además, el papa Francisco le expulsó del sacerdocio en 2018, como parte de un viaje a Chile en el cual los 34 obispos de esa nación le presentasen su renuncia, suceso sin precedentes en el entorno eclesiástico.

Producto de las presiones de sus víctimas, los Tribunales condenaron en el 2019 al Arzobispado de Santiago de Chile a una indemnización de 450 millones de pesos chilenos (unos 660.000 dólares) para Cruz, Hamilton y Murillo, por concepto de daños morales.


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