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El nuevo presidente o presidenta de Chile será electo en primera vuelta si consigue el 50 por ciento más uno de los votos, la mayoría absoluta.

El nuevo presidente o presidenta de Chile será electo en primera vuelta si consigue el 50 por ciento más uno de los votos, la mayoría absoluta. | Foto: Emol

Publicado 18 noviembre 2021



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Los siete candidatos presidenciales chilenos delinearon los elementos fundamentales de sus posibles programas de Gobierno. 

Más de 15 millones de chilenos están llamados a votar el próximo 21 de noviembre por la totalidad de la Cámara de Diputados, parte de la Cámara de Senadores y los consejeros regionales, así como el nuevo presidente del país entre los siete candidatos postulados al cargo.

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Según la legislación del país suramericano, el nuevo presidente o presidenta de Chile será electo si consigue, en la primera vuelta, el 50 por ciento más uno de los votos, la mayoría absoluta.

Sin embargo, si ningún candidato obtiene este porcentaje, se realizará una segunda vuelta el 19 de diciembre entre los candidatos que hayan tenido las más altas mayorías relativas.

Quien sea electo como nuevo jefe de Estado para el período 2022-2026 sustituirá a Sebastián Piñera, cuyo Gobierno ha estado caracterizado por denuncias de violaciones de derechos humanos, así como un estallido social en 2019 y acciones contra comunidades indígenas.

Además, Piñera fue involucrado en la investigación periodística denominada Pandora Papers, en la que también fueron señalados otros mandatarios latinoamericanos.

Según el documento, el presidente chileno estaría vinculado en irregularidades en la venta de acciones del proyecto minero Dominga, en 2010, efectuado en las Islas Vírgenes Británicas, territorio considerado como paraíso fiscal.

Ante este escenario, los siete candidatos presidenciales han presentado sus respectivos programas de Gobierno para promover una mejor situación en Chile de ser electos el próximo 21 de noviembre.

Eduardo Artés (Unión Patriótica)

Esta es la segunda ocasión que se presenta como candidato a la Presidencia chilena. A sus 70 años de edad, plantea como una directriz de su programa político la nacionalización y estatización de empresas de interés estratégico para la nación.

Lo considera esencial para la industrialización de la patria y de bases económicas para la posterior implementación de una sociedad más democrática. “Estamos convencidos que para comenzar a industrializar una patria nunca es tarde”, manifestó en su momento.

Gabriel Boric (Apruebo Dignidad)

Con 35 años de edad, Gabriel Boric el candidato más joven en la historia de Chile que se presenta a unos comicios presidenciales.

Electo diputado por la provincia de Magallanes, Boric plantea la inclusión y descentralización como premisas de su posible Gobierno; así como la igualdad de derechos sin importar estatus económico.

"Queremos dar una señal de descentralización superfuerte, de inclusión, de que el país somos todos y todas, de que nos la vamos a jugar desde los territorios para cambiar Chile", aseveró en su momento.

Sebastián Sichel (Chile Podemos Más)

Ha ejercido cargos públicos durante los Gobiernos de Michelle Bachelet y Sebastián Piñera. Esta es la primera vez que Sichel, de 44 años de edad, se postula como aspirante a la Presidencia del país suramericano.

El exministro de Desarrollo Social indicó que su proyecto de Gobierno es un sistema de libre mercado con una fuerte participación de pequeñas y medianas empresas, combinado con un Estado fortalecido.

"Estamos pensando que los trabajadores puedan elegir si quieren que sus fondos los administre una institución pública o privada, con o sin fines de lucro", detalló el candidato de derecha.

Yasna Provoste (Nuevo Pacto Social)

La candidata por el Nuevo Pacto Social, de 51 años de edad, cuenta con un plan de Gobierno que tiene como principales ejes el desarrollo sostenible, protección social, vida en comunidad, rol del Estado e inclusión social.

La senadora por Atacama ha planteado un modelo en el cual se presente un mayor número de empresas públicas, como parte de un plan transitorio para hacer frente a la crisis económica derivada del impacto de la Covid-19.

Anta la actual situación por la Covid-19 que vive el país, ha declarado que implementará "un sistema universal de salud, comenzando con la implementación de un seguro único público que permita mancomunar el 7 por ciento de las cotizaciones, garantizando un acceso equitativo y de calidad a las atenciones de salud".

José Antonio Kast (Republicanos)

El candidato, con 55 años de edad, promueve un modelo ultraliberal, en el cual el mercado disponga de mayor libertad de acción, y a su vez reducir la participación del Estado en la economía.

Fue candidato presidencial en 2017, cuando obtuvo el 7.93 por ciento de los votos, y ahora entre los puntos de su programa de Gobierno prevé aumentar la oferta de empleo para mayores de 60 años de edad, y extender la edad de retiro, alegando que “la mejor forma para mejorar las pensiones es postergar la edad de jubilación”.

Marco Enríquez-Ominami (Partido Progresista)

El candidato, de 48 años de edad, se presenta nuevamente como aspirante a la Presidencia chilena, tras hacerlo en 2009, 2013 y 2017. Plantea retroalimentar la gestión gubernamental a tono con el proceso constituyente.

Fue diputado del país y, de ganar los comicios, afirma que respaldará un programa de bienestar y prosperidad social para la familia chilena. Además, propone la redestinación y la reducción del Gasto Bélico como camino para enfrentar la crisis.

Propone una política contracíclica de generación de empleo a través de la acción del Estado en la reactivación económica, y un impuesto Transitorio a las Grandes Fortunas para incrementar la capacidad fiscal de otorgar protección social y establecimiento permanente de una justa retribución, con un límite a los ingresos. 

Franco Parisi (Partido de la Gente)

El aspirante a la Presidencia de la República, de 54 años de edad, propone que el ciudadano sea el centro del quehacer social en la búsqueda de la verdadera democracia, sobre bases de transparencia en la gestión de las instituciones gubernamentales.

Asimismo, aboga por la sustentabilidad e institucionalidad ambiental, un mejor manejo de residuos domiciliario e industrial; y de sustancias peligrosas.

Pone especial interés igualmente en las políticas hídricas, así como en un plan de desarrollo de energías renovables, que se hará acompañar de una rigurosa política de tratamiento de los suelos, entre otras cuestiones.


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