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Pese a Afganistán conmemorar un centenario de su independencia continúa ocupado por EE.UU.

Pese a Afganistán conmemorar un centenario de su independencia continúa ocupado por EE.UU. | Foto: Reuters

Publicado 19 agosto 2019



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Los afganos recuerdan el centenario del Tratado de Rawalpindi que convirtió a ese territorio centroasiático en un país independiente en 1919. Sin embargo, Afganistán está en guerra hoy.

Afganistán conmemora este lunes 100 años de independencia del imperio británico, en medio de un conflicto que ha devastado todo el país bajo la presencia militar de Estados Unidos.

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Los afganos recuerdan el centenario del Tratado de Rawalpindi que convirtió a ese territorio centroasiático en un país independiente en 1919. Sin embargo, Afganistán está en guerra hoy. Lo está desde que en octubre de 2001 EE.UU. puso la bota injerencista en Kabul.

¿El pretexto de Washington?: el mismo que ha empleado en varios países para plagarlos de hambre y de miseria en nombre de la libertad como diría Simón Bolívar: la supuesta lucha contra el terrorismo.

George W. Bush no lo pensó dos veces para invadir Afganistán cuando concluyó que los ataques del 11 de septiembre de 2001 fueron perpetrados por el grupo Al Qaeda, quien –sostuvo– era respaldado por el gobierno afgano.

Invadieron bajo la llamada Operación Libertad Duradera (Enduring Freedom), la cual comenzó el 7 de octubre de 2001 cuando EE.UU. lanzó sobre suelo afgano medio centenar de misiles y bombas guiadas. Fue ese el comienzo de una guerra que parece no tener fin 18 años después.

Talibanes, ejército afgano y la injerencia de EE.UU.

Si bien el despliegue de tropas norteamericanas logró la desaparición de los talibanes a comienzos de siglo, la relación de fuerzas se ha tornado diametralmente opuesta en la actualidad cuando ese grupo armado controla gran parte del país.

Los talibanes destacan que no descansarán hasta que Washington retire todas sus fuerzas del país y se elimine la ocupación e invasión norteamericana, en una guerra reconocida como la más larga en la historia de EE.UU.

 

“Aunque grandes partes de la patria han sido liberadas del enemigo, las fuerzas extranjeras de la ocupación siguen ejerciendo su influencia militar y política en nuestro país islámico”, ha señalado el grupo Talibán en un comunicado de abril último.

Por su parte, el ejército afgano, equipado y entrenado por EE.UU., sostiene mediante el Ministerio de Defensa Nacional que “las operaciones de las fuerzas militares afganas continuarán en diferentes partes hasta la eliminación completa de los movimientos de los que siembran terror”.

La situación se vuelve más compleja cuando el Talibán se niega a sentarse en la misma mesa de negociación con el gobierno del país, pues lo considera un “títere” y “esclavo” de los intereses norteamericanos.

La ocupación parecía llegar a su fin cuando EE.UU. anunció a inicios de año que retiraría sus tropas de Afganistán, pero aún existen miles de militares enviados por Washington a Kabul.

Mientras tanto, los insurgentes sostienen conversaciones pacíficas con los norteamericanos en Doha, Qatar, desde el pasado año, sin embargo, desconfían del interés de EE.UU. para lograr un acuerdo de paz.

A finales de julio, la prepotencia del presidente norteamericano, Donald Trump, volvió a ser noticia cuando dijo que podría ganar la guerra en Afganistán, pero no tomaría tal decisión porque el país asiático “sería borrado de la faz de la Tierra”.

De ahí que los talibanes duden de que la Casa Blanca quiera sellar la paz. Por su parte, el expresidente afgano, Hamid Karzai, condenó las declaraciones de Trump y afirmó que EE.UU. “no respeta la dignidad ni la vida”.

En ese sentido, Karzai recordó la bomba aérea masiva lanzada por los invasores contra Afganistán en 2017, con lo que el exmandatario evidenció que a EE.UU. no le interesa “la nación afgana, su soberanía y los valores humanitarios”.

El deseo de supremacía de EE.UU. en Asia

Afganistán ha sufrido el ruido de las bombas y los gritos de muerte durante tres administraciones estadounidenses.

Bush comenzó la masacre, Barack Obama la mantuvo y Trump, pese a considerar de “ridícula” la presencia en Kabul, durante su mandato ha duplicado las fuerzas norteamericanas en ese país centroasiático.

“Hace unos años había 130.000 soldados, se llegó a reducir a 7.000, en la actualidad hay 15.000 soldados norteamericanos y Trump dijo que retiraría unos 8.000”, señaló el analista internacional argentino, Guadi Calvo.

Calvo destacó que, no obstante al anuncio de Trump, cree que “una dotación importante tiene que quedar para la estrategia de EE.UU.”.

 

A pocas horas de conmemorarse los 100 años de independencia de Afganistán, el presidente de Irán, Hassan Rouhani, afirmó este domingo que a EE.UU. no le interesa la seguridad de los afganos.

“Estamos seguros de que la presencia militar de los Estados Unidos en Afganistán no ha beneficiado ni beneficiará a la seguridad de los afganos. Ellos solo buscan impulsar sus planes desestabilizadores en la región”, manifestó el mandatario persa.

Detrás del telón está la importancia geopolítica de Afganistán para los intereses de EE.UU. en la región, desde donde pueden hacer presión a Pakistán, China e Irán, a lo que se le añade los recursos económicos del país centroasiático.

Con ese propósito han destinado un billón 70.000 millones de dólares hasta mediados de 2018, según la Oficina del Presupuesto de EE.UU.

El dolor de Afganistán

2001: el pretexto inverosímil de combatir el terrorismo y el narcotráfico. 2019: el dolor de un país destrozado por 18 años de una guerra que lo único que ha logrado ha sido agravar la situación de su gente.

“Cada muerte de civiles deja a una familia devastada, afligida y luchando por aceptar la pérdida, y cada civil herido o mutilado causa un sufrimiento indecible”, ha dicho la directora de la oficina de derechos humanos de la misión de Naciones Unidas en Afganistán, Danielle Bell.

Por su parte, la ONU señaló a mediados del año en curso que EE.UU. mata más civiles en Afganistán que el grupo Talibán.

El ente internacional ha denunciado, asimismo, los bombardeos aéreos realizados en su mayoría por EE.UU. No obstante, Washington ha mostrado oídos sordos en el asunto.

Si bien Afganistán ha dejado de ser noticia para la prensa de Occidente en el intento estadounidense de obviar la presencia de Washington en Kabul, los bombardeos, las muertes y un conflicto de casi 20 años ha afectado a las 33 provincias del país.

En los primeros seis meses de 2019 la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA, por sus siglas en inglés) registró 363 civiles, entre ellos 89 niños, muertos por ataques aéreos.

El reciente informe de la UNAMA destaca que el 83 por ciento de las víctimas de los bombardeos de aviones  son resultado de los ataques de EE.UU. y sus aliados de la OTAN.

Decenas de miles de muertos, mutilados, tres millones de refugiados asentados en 93 países, crisis económica, más terrorismo, inseguridad, y la falsa y desgastada bandera de la libertad que intenta ondear EE.UU. en sus invasiones, son los únicos resultados de Washington en un conflicto en el que, lo acepten o no, no han alcanzado una victoria definitiva.


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